La Hidra (constelación)

La constelación de la Hidra se encuentra en el medio del ecuador de la esfera celeste. Fue descrita por Claudio Ptolomeo en el Almagesto (siglo II), formando parte de las 48 constelaciones antiguas. Se trata de la constelación más extensa de la bóveda celeste y seguramente la más larga: abarca más de seis horas de ascensión recta con un ángulo de más de 100°. Representa un monstruo en forma de serpiente con varias cabezas, aunque en muchos atlas aparece con una sola cabeza. No debe confundirse con la Hidra Macho, situada en el hemisferio sur.

Esta constelación ocupa una superficie de 1302,8° cuadrados, en los que contiene un total de 3 objetos Messier, 237 objetos NGC y 2 objetos Caldwell. La estrella más brillante de la Hidra es Alfard. En cuanto a su nomenclatura, su abreviatura es Hya, su nombre en latín es Hydra y su genitivo es Hydrae. Tiene un total de 238 estrellas (de magnitud visual < 6,5).

Carta celeste de la constelación de la Hidra
Carta celeste de la constelación de la Hidra
Leyenda de la carta celeste

Leyenda: en la carta celeste se muestra la cuadrícula de las coordenadas ecuatoriales. Las estrellas se representan en color blanco, y su tamaño se relaciona con su magnitud absoluta redondeada al entero más cercano. Las etiquetas de las estrellas siguen la denominación de Bayer. En algunas cartas celestes se ve representada la eclíptica en color azul claro.

Localización

La parte más fácilmente reconocible de la constelación de la Hidra es la cabeza, constituida por un grupo de seis pequeñas estrellas situadas a unos 20° en dirección suroeste de Régulo, la estrella más brillante de la constelación vecina del León.

En el lomo de la Hidra están las constelaciones del Cuervo, la Copa y el Sextante. La cabeza del monstruo mitológico está a poco más de 15° a occidente de la estrella Alfa Sextantis de la constelación del Sextante.

La Hidra tiene 13 constelaciones colindantes:

Coordenadas

Dada su notable extensión en ascensión recta, entre 8 horas 10 minutos y 15 horas, la constelación de la Hidra es visible durante gran parte del año. Al estar a caballo sobre el ecuador celeste, la Hidra es observable, total o parcialmente, desde toda la Tierra, aunque solo la cabeza despunta a declinaciones positivas, mientras que la mayor parte de las estrellas se encuentran a declinaciones negativas, entre 7° N y 35° S.

Estrellas notables

La estrella principal y más luminosa de la Hidra es Alfard o Alfa Hydrae, con una magnitud de 2. El nombre Alfard proviene del árabe y significa «la solitaria». Este astro que se encuentra en el corazón de la Hidra celeste es una estrella anaranjada que dista unos 90 años luz de nuestro sistema solar.

El sistema de Épsilon Hydrae constituye un sistema estelar múltiple con un par de estrellas principales de distinto color: amarillo y azul. Las componentes tienen magnitudes de 3,8 y 4,7, y tardan 15 años en completar una órbita la una alrededor de la otra. Por desgracia, su separación es de solo 0,2 segundos de arco.

La tercera componente tiene una magnitud de 7,8 y se observa separada unos 4,5 segundos de arco; a su vez, se trata de una estrella binaria cuyas componentes están demasiado próximas entre sí. Se encuentra una quinta componente de magnitud 10 que se encuentra visualmente separada 19 segundos de arco, y orbita alrededor de las otras cuatro estrellas a una distancia de unas 800 UA.

La constelación de la Hidra contiene una variable similar a la estrella Mira de la constelación de la Ballena. Se trata de R Hydrae, una estrella gigante roja que pasa de magnitud 3,5 a magnitud 10,9 en 389 días, un período que se está acortando. Esta estrella tiene una pequeña compañera a una distancia de unos 22 segundos de arco, y con una magnitud aparente de 12.

Objetos notables

En la Hidra encontramos algunos objetos del catálogo de Messier.

M48 es un cúmulo abierto que está en el límite de la percepción a simple vista. Está formado por unas pocas decenas de estrellas y se aprecia mejor con unos prismáticos. Fue descubierto por Charles Messier en el año 1771 y se estima que tiene una edad de unos 300 millones de años.

El cúmulo globular M68 tiene una magnitud aparente de 9,7, con lo que es más difícil de observar. Está compuesto por unas 250 estrellas gigantes y se encuentra a unos 33000 años luz de nuestro sistema solar.

M83 es una galaxia conocida con el nombre de Molinillo Austral. Es una galaxia en donde la tasa de nacimiento de estrellas está muy por encima de lo normal. Tiene una magnitud aparente de 7,6 y se encuentra a unos 15 millones de años luz de nosotros.

Dentro de los límites de la constelación se encuentran muchos objetos del catálogo NGC, entre ellos numerosas galaxias. Merece una ojeada al telescopio la nebulosa planetaria NGC 3242, también conocida con el nombre del Fantasma de Júpiter. Se trata de un disco luminoso de novena magnitud con un diámetro de unos cuarenta segundos de arco y de color verdoso. Es observable con telescopios de apertura superior a 10 cm.

En el centro de esta nebulosa planetaria hay una pequeña estrella de magnitud 11 que ha generado el objeto por expulsión de sus capas más externas. Por tanto, el pequeño astro que vemos es el núcleo caliente de lo que una vez fue una estrella.

También es digno de mención el lejano cúmulo globular NGC 5694, con una magnitud aparente de 11. Este cúmulo se encuentra a unos 120000 años luz de nosotros. Para hacerse una idea de lo grande que es esta distancia, hay que tener presente que el diámetro de la Vía Láctea es igual a unos 100000 años luz.

Mitología

La constelación de la Hidra está ligada a dos mitos antiguos. El primero es el del Cuervo, enviado por el dios Apolo a recoger una copa llena de agua. El ave regresó tarde porque estuvo esperando la maduración de unos higos para comérselos y, mintiendo, atribuyó al monstruo marino la causa de su retraso. Apolo supo que estaba mintiendo y relegó los protagonistas de la historia al cielo en forma de constelaciones.

Lámina antigua de la constelación de la Hidra
Ilustración de la constelación de la Hidra en el Atlas Coelestis de John Flamsteed (1729). Las constelaciones del Cuervo y la Copa se encuentran a su espalda, pues están asociadas a la misma leyenda.

En la segunda leyenda aparece una hidra de muchas cabezas enfrentada a Hércules en uno de sus doce trabajos. El terrible monstruo tenía la increíble capacidad de regenerar cada cabeza que se le había cortado contra otras dos, aumentando así su peligrosidad. Hércules consiguió darle muerte cortándole la cabeza y quemándole el cuello, impidiendo así la regeneración de las cabezas.