Tauro (constelación)

La constelación de Tauro o el Toro está situada en el hemisferio norte de la esfera celeste. Fue descrita por Claudio Ptolomeo en el Almagesto (siglo II), formando parte de las 48 constelaciones antiguas y, concretamente, de las 12 constelaciones zodiacales. Tauro es el segundo signo del zodíaco y contiene el más bello de los cúmulos abiertos: el de las Pléyades.

Esta constelación ocupa una superficie de 797,2° cuadrados, en los que contiene un total de 2 objetos Messier, 48 objetos NGC y 1 objeto Caldwell. La estrella más brillante de Tauro es Aldebarán. En cuanto a su nomenclatura, su abreviatura es Tau, su nombre en latín es Taurus y su genitivo es Tauri. Tiene un total de 223 estrellas (de magnitud visual < 6,5).

Carta celeste de la constelación de Tauro
Carta celeste de la constelación de Tauro
Leyenda de la carta celeste

Leyenda: en la carta celeste se muestra la cuadrícula de las coordenadas ecuatoriales. Las estrellas se representan en color blanco, y su tamaño se relaciona con su magnitud absoluta redondeada al entero más cercano. Las etiquetas de las estrellas siguen la denominación de Bayer. En algunas cartas celestes se ve representada la eclíptica en color azul claro.

Localización

Es difícil que el grupo de las Pléyades pase desapercibido incluso al ojo más distraído. Sin embargo, un método seguro para identificar Tauro consiste en seguir el alineamiento de las tres estrellas del Cinturón de Orión hacia el noroeste. A unos 20° de distancia se encuentran el triángulo dibujado por las Híades, que se identifica con la cabeza de la constelación del toro celeste.

Tauro tiene 7 constelaciones colindantes:

Coordenadas

La constelación zodiacal de Tauro abarca una región del cielo comprendida entre 3 horas 20 minutos y 6 horas de ascensión recta, y entre 0° y 30° de declinación, aproximadamente.

Estrellas notables

Aldebarán es la estrella más brillante de la constelación de Tauro, con lo que también es llamada Alfa Tauri, y tiene una magnitud de 0,9. Está situada en uno de los vértices del mencionado triángulo de las Híades, pero no forma parte del cúmulo porque se encuentra a unos 65 años luz de nosotros.

Se trata en realidad de un sistema binario, cuya componente principal es una estrella gigante naranja, llamada también Aldebarán A. La otra componente es Aldebarán B, una enana roja con una magnitud de 13,5.

Elnath o Beta Tauri es una estrella de magnitud 1,7 que constituye uno de los cuernos de Tauro. Tal y como el nombre hace suponer, siguiendo la denominación de Bayer, Elnath es la segunda estrella más brillante de Tauro, después de Aldebarán.

En Tauro encontramos el sistema binario Theta Tauri, constituido por dos estrellas de magnitud aparente de 3,4 y 3,8. La componente principal de este sistema es de color naranja, mientras que la segunda es de color blanco. Se encuentran separadas 5,6 minutos de arco y forman parte del cúmulo de las Híades.

Otro sistema binario interesante es el de Sigma Tauri, pues ofrece un bonito contraste de colores. Sus componentes son de color azul, con una magnitud de 5,5, y de color amarillo, con una magnitud de 8,2. Se pueden resolver con un pequeño telescopio.

Otra estrella de interés es Lambda Tauri. Se trata de una binaria eclipsante con una magnitud aparente de 3,4 (en conjunto). Varía de luminosidad entre las magnitudes 3,3 y 3,8 por la presencia de una compañera con la que produce eclipses recíprocos con un período igual a cuatro días. Se encuentra a 370 años luz de nosotros.

Objetos notables

Las Pléyades

El objeto más interesante de Tauro es el cúmulo de las Pléyades o M45, también conocido con el nombre de «Las siete hermanas». Es un cúmulo abierto formado por unas dos mil estrellas situadas a 400 años luz de nosotros.

Se puede identificar a simple viste como un pequeño grupo de seis o siete estrellas de magnitudes comprendidas entre 3 y 5, en una región del cielo más amplia que el disco lunar. Son astros jóvenes, nacidos hace pocas decenas de millones de años de una nebulosa cuyos restos son visibles alrededor de las estrellas más luminosas.

Instrumentos de diámetro cada vez mayor muestran un creciente número de astros, aunque ampliaciones no demasiado grandes permiten observar el grupo entero.

Las Híades

En Tauro también encontramos las Híades otro cúmulo estelar abierto de gran interés. Se trata de un cúmulo más cercano que las Pléyades, ya que se encuentra a 150 años luz de la Tierra. De hecho, es el cúmulo abierto más cercano a nosotros.

Debido a que las estrellas de las Híades están esparcidas por una región del cielo de 5° de diámetro, los prismáticos son el mejor medio para la observación del conjunto. Sus estrellas son más viejas que las de las Pléyades.

La nebulosa del Cangrejo (M1)

En el año 1054, los astrónomos chinos observaron una estrella «huésped», es decir, nunca vista antes en la región correspondiente a la constelación de Tauro. Con el paso de los días, la luminosidad de la estrella aumentó hasta poder verse incluso durante el día. Después disminuyó hasta hacerse invisible.

Hoy sabemos que el astro era una supernova, es decir, una estrella que muerte en una catastrófica explosión. El resto de aquella explosión es M1: la nebulosa del Cangrejo, situada junto a Zeta Tauri, una estrella binaria de magnitud 2,97.

El nombre de la supernova que sucedió hace unos 1000 años recibe el nombre de SN 1054. La nebulosa resultante de aquella explosión tiene una magnitud aparente de 8,4 y se encuentra a unos 6300 años luz de nosotros. Esta nebulosa es uno de los objetos más estudiados del cielo.

Mitología

La constelación representa el toro en que se transformó Júpiter para seducir a Europa, la hija menor de Agenor, rey de Fenicia. La muchacha estaba jugando en la orilla del mar con sus compañeras cuando se aproximó una manada de bueyes. Entre éstos también estaba un bellísimo toro blanco, que no era otro que Júpiter.

Lámina antigua de la constelación de Tauro
Ilustración de la constelación de Tauro en el Atlas Coelestis de John Flamsteed (1729). Tauro ataca hacia abajo con la cabeza a Orión.

Europa se sintió atraída por el animal y le adornó la cornamenta con guirnaldas. El animal la hizo subir sobre su grupa y, antes de que la muchacha se diese cuenta del peligro, se lanzó al mar y empezó a nadar hasta que llegó a Creta, donde recobró el aspecto de un dios. Júpiter consiguió seducir a Europa y de su unión nació Minos.