La Lira es una constelación del hemisferio norte de la esfera celeste. Fue descrita por el astrónomo Claudio Ptolomeo en el Almagesto (siglo II), por lo que forma parte de las 48 constelaciones antiguas. Se puede reconocer fácilmente por su estrella más brillante, Vega (α Lyr), uno de los tres vértices del famoso «Triángulo de verano», junto con Deneb (α Cyg) y Altair (α Aql).
Esta constelación representa la lira de Orfeo, el legendario músico de la mitología griega que tocaba con una arpa. Se dice que su música era capaz de encantar a dioses, animales y humanos. Según la leyenda, después de la muerte de Orfeo, su lira fue colocada en el cielo por Zeus como homenaje a su talento.

Aunque se trata de una constelación pequeña, con una superficie de 286,5° cuadrados, la constelación de la Lira es rica en objetos astronómicos interesantes. Entre sus límites contiene 34 objetos NGC y 2 objetos del catálogo Messier. Se puede destacar la nebulosa del Anillo (M57, NGC 6720).
En cuanto a las estrellas: la Lira contiene 73 estrellas con una magnitud visual aparente ≤ 6,5, siendo Vega (α Lyr) la más brillante, pues su magnitud aparente es de 0,03. Sobre la nomenclatura de esta constelación, su abreviatura de tres letras es Lyr, su nombre en latín es Lyra y su genitivo es Lyrae.
Localización
La constelación de la Lira se puede localizar a partir de su estrella más brillante, Vega (α Lyr), que se encuentra aproximadamente a 20° en dirección suroeste de otra estrella de notable importancia, Deneb (α Cyg), la cola del Cisne, una constelación vecina de la Lira. El Cisne queda a su izquierda y Hércules a su derecha.
La Lira tiene 4 constelaciones colindantes:
Coordenadas
La Lira abarca una región del cielo comprendida entre 25° N y 47° N de declinación, y entre 18 horas 10 minutos y 19 horas 30 minutos de ascensión recta. Se puede ver de forma completa durante todo el año desde latitudes situadas más al norte que 65° N, y parte del año desde las regiones comprendidas entre 65° N y 43° S. Desde latitudes más al sur que 43° S nunca se puede ver íntegramente.
Estrellas principales
La estrella más brillante de la Lira es Vega, también conocida como Alfa Lyrae (α Lyr), según la denominación de Bayer. Tiene una magnitud aparente de 0,03, lo que la convierte en la quinta estrella más brillante del firmamento y la segunda más brillante del hemisferio norte, después de Arturo (α Boo).
El satélite IRAS efectuó observaciones de Vega a través del canal infrarrojo y reveló la presencia de un anillo de polvo a su alrededor. Este polvo podría ser el indicio de presencia de planetas o de un disco protoplanetario.
Otro dato importante de Vega es que alrededor del año 12000 a. de C. llegó a ser la estrella polar. Esto se debe a la precesión de los equinoccios, un movimiento que la Tierra completa cada 25776 años (año platónico). Por tanto, Vega volverá a ser la estrella polar aproximadamente en el año 13776 d. de C.
Sheliak (β Lyr) es una estrella binaria eclipsante de magnitud 3,52 cuyas componentes son de colores diferentes. Para separar las dos estrellas, que tienen una magnitud aparente de 3,5 y 8,6 respectivamente, basta un pequeño telescopio. Pero la componente principal también es una estrella variable que oscila regularmente entre las magnitudes 3,3 y 4,3.
El motivo de la variabilidad de Sheliak es la presencia de una compañera tan cercana que no puede separarse ni con los telescopios más potentes, pero su presencia se deduce por sus recíprocos eclipses con la estrella principal. En realidad, estas dos estrellas que parecen una sola están tan próximas que continuamente intercambian materia: se trata de un sistema de estrellas de contacto, que proyectan al espacio grandes cantidades de gas.
La segunda estrella más brillante de la Lira es Sulafat (γ Lyr), cuya magnitud aparente es de 3,25. Su nombre proviene del árabe y significa «tortuga», aunque también se la conoce como Jugum, que significa «yugo» en latín. Se trata de una estrella blanco-azulada situada a unos 634,5 años luz de nosotros.
A pesar de las peculiaridades de Vega, Sheliak y Sulafat, la estrella que llama más la atención es Épsilon Lyrae (ε Lyr), con una magnitud aparente de 4,59. Con unas buenas condiciones de observación se puede apreciar que está formada por dos astros muy próximos, aunque será más fácil verlo con unos prismáticos.
Utilizando un telescopio de 10 cm de apertura y de gran aumento se observa que las dos estrellas que la componen están formadas por un par de estrellas pequeñas, siendo un total de cuatro estrellas. Estas cuatro estrellas que componen Épsilon Lyrae (ε Lyr) están vinculadas por la recíproca atracción gravitatoria.
RR Lyrae es el prototipo de una clase de estrellas variables y regulares que se caracterizan por períodos del orden de un día terrestre. Esta estrella varía entre las magnitudes aparentes de 7,1 y 8,0.
Objetos notables
En la constelación de la Lira encontramos dos objetos muy interesantes del catálogo Messier: el cúmulo globular M56 (NGC 6779) y la nebulosa del Anillo (M57, NGC 6720). Estas son sus coordenadas, expresadas en el sistema J2000:
NGC/IC | Messier | Tipo | AR (α) | Dec (δ) | Magv |
---|---|---|---|---|---|
NGC 6720 | M57 | Nebulosa planetaria | 18h 53m 35,1s | +33° 01′ 44,9″ | 8,8 |
NGC 6779 | M56 | Cúmulo globular | 19h 16m 35,6s | +30° 11′ 00,5″ | 8,3 |
El cúmulo globular M56 (NGC 6779) se encuentra cerca del límite sureste de la constelación. Tiene una magnitud aparente de 8,3, mientras que tamaño aparente mide 5,8′. Este objeto se encuentra a unos 32900 años luz de nosotros y fue descubierto por el astrónomo Charles Messier el 19 de enero de 1779.

La nebulosa planetaria M57 (NGC 6720) también es conocida como la nebulosa del Anillo. Se puede localizar a medio camino entre las estrellas Beta Lyrae (β Lyr) y Gamma Lyrae (γ Lyr). Su una magnitud visual aparente es de 8,8, mientras que su tamaño angular mide 1,27′. Situada a unos 2300 años luz de nosotros, también fue descubierta por Messier en 1779, concretamente el 31 de enero.

Mitología
La constelación de la Lira representa el instrumento musical con el que Orfeo —el hombre que hacía una música tan encantadora que incluso podía conmover las piedras— acompañaba sus canciones. La leyenda quiere que esta pequeña arpa fuera la primera que se construyó y que la había hecho Mercurio.

El sonido de esta lira debía de ser muy dulce, porque Mercurio logró apaciguar a Apolo, a quien había robado ganado, proponiéndole a cambio el instrumento como resarcimiento del robo. Después, Apolo regaló la pequeña arpa a Orfeo.
Entre otras cosas, este último se sirvió de ella para convencer a Plutón, rey del reino de los muertos, de que le devolviera a su esposa, Eurídice. Sin embargo, la historia no tuvo un final feliz, porque Orfeo no pudo resistir la tentación de mirar a su amada antes de volver a la superficie, contraviniendo así al pacto estipulado con Plutón y perdiendo a su mujer para siempre.