El asteroide (243) Ida fue el segundo en ser visitado por la sonda espacial Galileo. Este hecho sucedió el 28 de agosto de 1993, dos años después de haber visitado (951) Gaspra, un asteroide más pequeño. La sonda Galileo descubrió que (243) Ida no está solo, pues tiene un satélite natural llamado Dactyl.
La primera foto que realizó la sonda espacial Galileo fue la prueba concluyente de que los asteroides pueden tener satélites naturales. Dicha fotografía se realizó desde una distancia de 10870 kilómetros, unos 14 minutos antes del acercamiento más cercano de la sonda espacial al asteroide.
El asteroide (243) Ida fue descubierto el 29 de septiembre de 1884 por el astrónomo austriaco Johann Palisa. Se trata de un asteroide de tipo S (silíceo), de forma irregular y con un tamaño aproximado de 59,8×25,4×18,6 km. Se encuentra en la zona cinturón principal del Cinturón de asteroides.
Características físicas de (243) Ida:
Parámetro | Valor |
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Diámetro | 59,8×25,4×18,6 km |
Masa | 4,2×1016 kg |
Densidad | 2,6 g/cm3 |
Clasificación | Tipo S |
Datos de rotación:
Parámetro | Valor |
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Día solar (rotación sinódica) | 4,63 h |
Datos orbitales:
Parámetro | Valor |
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Excentricidad de la órbita | 0,0411 |
Perihelio (distancia mínima al Sol) | 2,743 UA |
Afelio (distancia máxima al Sol) | 2,979 UA |
Semieje mayor | 2,861 UA |
Período orbital sideral | 4,84 años |
Inclinación orbital respecto a la eclíptica | 1,132° |
Órbita y rotación
La excentricidad del asteroide (243) Ida es de 0,0411, lo suficientemente baja como para que sea casi circular. Cuando este asteroide está más cerca del Sol (perihelio) está a 2,743 UA, y cuando está más lejos (afelio) está a 2,979 UA. La inclinación de su plano orbital respecto a la eclíptica es de 1,132°.
El período de rotación de (243) Ida es de 4,63 horas, por lo que es uno de los asteroides conocidos con la velocidad de rotación más rápida.
La superficie de (243) Ida
La superficie de (243) Ida presenta una gran cantidad de cráteres. Además, muestra cráteres de grandes dimensiones, en mayor proporción que (951) Gaspra. En su superficie presenta diferencias de coloración, probablemente debidas a la diversidad de la composición mineralógica de su superficie.
Es casi cierta la presencia de regolito sobre la superficie de (243) Ida, porque algunas de sus fotografías muestran que se puede distinguir la presencia de masas del tamaño de algunas decenas de metros. Con toda probabilidad, su origen se debe a los impactos con otros asteroides.
Estas masas fueron lanzadas al espacio con velocidades inferiores a la de escape, por lo que, después de haber estado orbitando alrededor del cuerpo progenitor, acabaron por caer en su superficie. Además, (243) Ida presenta trazas de surcos debidos a la caída de material poco ligado en ocasión de algunos de los encuentros que ha sufrido en el curso de su existencia.
El origen de (243) Ida
Seguramente, (243) Ida nació de la escisión de un cuerpo de mayor tamaño. Forma parte de un grupo de asteroides que tienen una órbita bastante similar, lo que podría explicase suponiendo que tienen un origen común: en la fragmentación de un planeta los pedazos mantienen órbitas similares a la de su progenitor.
El grupo de asteroides del que forma parte (243) Ida se llama la familia de Coronis. Probablemente, el cuerpo que dio origen a este grupo de asteroides era un objeto de un centenar de kilómetros de diámetro que se fragmentó debido a un choque muy violento con otro cuerpo de tamaño comparable.
El satélite natural Dactyl
Dactyl es el satélite natural del asteroide (243) Ida. Se trata de un pequeño cuerpo de 1,4 km de diámetro que orbita a una distancia de unos 90 km. Al igual que (243) Ida, está cubierto de cráteres y tiene una composición química similar. De hecho, Dactyl suscita más de una pregunta sobre su origen.
¿Es un fragmento del asteroide alrededor del cual gira, producido por un choque, o se trata de un cuerpo capturado durante el paso por sus cercanías?
Si la primera de las dos hipótesis fuera la correcta, los dos cuerpos tendrían la misma composición química. Sin embargo, análisis efectuados con un fotómetro espectral mostraron diferencias en la composición de los dos objetos, lo que hace difícil pensar en un origen común.
En consecuencia, la segunda explicación sería más plausible, aunque es casi imposible que se haya producido una captura por parte de (243) Ida, porque es un cuerpo de tamaño modesto y tiene un campo gravitatorio demasiado débil para capturar un objeto de paso y colocarlo en órbita a su alrededor.
La única explicación aceptable parece ser la de que (243) Ida y su luna sean fragmentos procedentes del mismo cuerpo, pero de estratos diferentes, para justificar su diferente composición. Estos fragmentos podrían haber sido arrancados por la colisión que llevó a la destrucción del planeta de origen y lanzados en la misma dirección, quedando ligados por la fuerza de gravedad.