Satélites galileanos

Los satélites galileanos son los cuatro satélites más importantes y grandes del planeta Júpiter, y se denominan así en honor a su descubridor, el astrónomo y matemático italiano Galileo Galilei. En orden de distancia a Júpiter, de más cerca a más lejos, estos satélites son: Ío, Europa, Ganímedes y Calisto.

Estos satélites se mueven en su órbita manteniendo siempre la misma cara orientada hacia Júpiter, exactamente de la misma manera que la Luna siempre muestra la misma cara a la Tierra. El período orbital de estos satélites es muy diferente entre ellos. Por ejemplo, por cada vuelta que da Ganímedes, Europa da dos vueltas; y por cada vuelta que da Europa, Ío realiza dos vueltas más.

Júpiter tiene un total de 79 satélites, pero los cuatro satélites galileanos son los más grandes con mucha diferencia, y son los únicos que son visibles incluso con un telescopio pequeño. Si las condiciones de observación son lo suficientemente buenas, es posible ver a Calisto, el satélite galileano más exterior, a simple vista.

Satélites galileanos
Satélites galileanos: Ío, Europa, Ganímedes y Calisto.

Descubrimiento

El astrónomo y físico italiano Galileo Galilei observó los satélites galileanos por primera vez el 7 de enero de 1610. Lo hizo con la ayuda de un telescopio pequeño que él mismo había construido. Galileo observó los satélites durante varios días y se dio cuenta de que estaban en órbita alrededor de Júpiter.

Este descubrimiento fue muy importante en aquella época porque demostró que no todo gira alrededor de la Tierra (teoría geocéntrica), y supuso un apoyo directo a la teoría heliocéntrica de Copérnico. El descubrimiento fue publicado en el tratado Sidereus Nuncius de Galileo, publicado en Venecia el marzo de 1610.

En un principio, Galileo quiso apodar los satélites galileanos con el nombre de Cosmica Sidera (estrellas de Cosme), en honor a Cosme II de Mèdici, ya que Galileo se quería asegurar el patrocinio de este gran duque. Pero Cosme le sugirió cambiar el nombre a Medicea Sidera (estrellas de Mèdici) porque eran cuatro hermanos.

No obstante, el astrónomo alemán Simon Marius también reclamó el descubrimiento de los satélites galileanos de Júpiter, y lo hizo casi al mismo tiempo que Galileo. Simon Marius los bautizó con nombres sacados de la mitología griega: Ío, Europa, Ganímedes y Calisto, publicados en su obra Mundus Jovialis el año 1614.

Como cabría esperar, Galileo se negó rotundamente a usar los nombres de Marius. Entonces Galileo inventó una nomenclatura mediante números romanos, en el que los nombres de los satélites van en orden de proximidad a Júpiter: Ío (I), Europa (II), Ganímedes (III) y Calisto (IV). Esta nomenclatura se extendió a todos los satélites del sistema solar. La nomenclatura de Galileo se usó hasta mediados del siglo XX, momento en el que se volvió a usar simplemente los nombres de Marius.

A pesar de esta historia, se han encontrado indicios de que los satélites galileanos ya eran conocidos en fechas anteriores al siglo XVII. Por ejemplo, en la antigua Babilonia se decía que el Dios babilonio Marduk estaba acompañado de cuatro cuerpos. En el antiguo Egipto se decía que el Dios egipcio Horus tenía cuatro hijos.

Datos y características

Datos Distancia a Júpiter (km) Período orbital (días) Radio (km) Masa (g) Densidad media (g/cm3)
Ío 421600 1,77 1815 8,93×1025 3,57
Europa 670900 3,55 1569 4,80×1025 2,97
Ganímedes 1070000 7,16 2631 1,48×1026 1,94
Calisto 1883000 16,69 2400 1,08×1026 1,86

Ío: Es el satélite galileano que está más cerca de Júpiter: a 421600 km. Esta proximidad provoca en su superficie enormes fuerzas de marea que determinan un vulcanismo difuso y recurrente. Tiene una superficie sin cráteres de impacto, con escarpaduras y fracturas. También existen numerosas calderas producidas por el hundimiento de volcanes, rodeadas de largas coladas de lava.

Ío tiene más de 400 volcanes activos, siendo así el objeto con mayor actividad volcánica de todo el sistema solar. El período orbital de Ío es de 1,77 días, es decir, 42 horas. Su órbita tiene una excentricidad muy baja, de 0,0041. Ío tiene una composición química similar a la de los planetas terrestres, compuesto de rocas y silicatos.

Europa: Es un satélite con un cuerpo casi blanco con trazos oscuros en su superficie. Sobre el suelo hay una serie de depresiones y de altiplanos comunicantes, mientras que la ausencia de relieves elevados se debe, probablemente, a la gruesa capa de hielo (unos 100 km) que cubre toda la superficie y oculta las montañas.

El período orbital de Europa es de 3,55 días, el equivalente a 85 horas. Su órbita tiene una excentricidad muy baja, de 0,009. Este satélite orbita a una distancia de 670900 km de Júpiter. En cuanto a tamaño, es ligeramente más pequeño que la Luna, con un diámetro medio de 3138 km.

Ganímedes: Es un cuerpo muy similar a nuestra Luna, con una red superficial de bandas irregulares que se entrecruzan. El suelo está formado por numerosos cráteres rodeados de regiones más lisas y nuevas, sembradas de acanaladuras. Está compuesto principalmente por silicatos y hielo, casi a partes iguales.

Ganímedes es el satélite más grande de Júpiter y de todo el sistema solar, con un diámetro medio de 5262 km. Su período orbital es de 7,16 días, el equivalente a 172 horas. Este satélite transita alrededor de Júpiter a una distancia de 1070000 km, y su órbita tiene una excentricidad de 0,0013.

Calisto: Está compuesto aproximadamente por roca y hielo, y su superficie está cubierta por una corteza de hielo. En el suelo hay muchos cráteres y los relieves no alcanzan alturas significativas. En su superficie también hay anillos concéntricos debidos a un impacto que tuvo lugar poco después de la formación del satélite.

Calisto tiene un diámetro de 4800 km, casi el 99% del diámetro del planeta Mercurio, aunque solo tiene un tercio de su masa. Se encuentra orbitando alrededor de Júpiter a una distancia de 1883000 km, y su período orbital es de 16,69 días. Su órbita tiene una excentricidad de 0,0074.